Las aves del paraíso, son símbolo de libertad y alegría, únicas por su colorido exótico y maravilloso. Perfectas para quienes no se rigen por normas ni reglas establecidas, y viven su vida en completa generosidad.
El negro tiene muchas connotaciones, pero en la moda lo vinculamos con la fuerza, la seguridad y la formalidad. Por lo general, denota elegancia, rebeldía, misterio y profesionalidad.
El blanco ilumina, ayuda a nuestra mente a concentrarse y contribuye a la organización. Me encanta porque es definitivo, totalmente reflexivo, despierta la apertura, el crecimiento y la creatividad. No puedes esconderte detrás de él, ya que lo amplifica todo a su paso.
Estos aretes representan la pureza, el honor y la majestad. La flor de Lis simboliza los ojos de Dios. Siéntete como La diosa capaz de ver dentro de las almas de quienes te rodean y se una luz en el camino de otros.
Estos Jazmines como "regalo de Dios" como su nombre lo indica están asociados a los sentimientos de dulzura, pureza y entrega. Te ayudan a relajarte de toda tensión.
Mediante la armonía de los elementos que componen un mandala, estos aretes representan la unidad, la armonía y la infinitud del universo, un par de soles que encienden nuestra alma y llenan de vitalidad.
Esta combinación de colores hará que te sientas en plena juventud, haciéndote llevar todo con paciencia y sin peso alguno, además infundirá una confianza magnífica.
Llevar este par de aretes en forma de rosas, te hará sentir mas intima, soñadora y romántica. Estoy segura que este es el mejor regalo que te puedes dar; conectarte con ese ser maravilloso que eres, porque el amor hacia nosotros mismos se vive cada día.
El ocre nos llena de confianza, éxito, abundancia y creatividad. Es un color con un carácter cálido, no pasaras desapercibida y siempre lucirás elegante.
Estos aros en tono rojo borgoña, elaborados en tejido macramé, se relacionan con la naturalidad del ser, su color te hace resaltar tu buen gusto y elegancia.
El dodecaedro es el elemento de luz y amor que habita en nuestro corazón. Estos pendientes de dodecaedros se abren como dos flores, uniendo lo interno con lo externo. Todo es uno y nosotros elegimos la experiencia en una creación que es perfecta.